Las plantas, al igual que otros seres vivos, tienen distintos órganos con funciones muy específicas, las hojas captan la luz, las raíces absorben agua junto con los nutrientes y el tallo los transporta hasta las hojas, a pesar de su especialización, hojas, tallos y raíces trabajan de manera conjunta en el desarrollo de la planta.

Los nutrientes esenciales para las plantas son los que se requieren para que se cumpla un ciclo de vida completo, los necesarios para el correcto desarrollo de las funciones metabólicas o estructurales y en las cantidades necesarias para que no se desarrollen síntomas asociados a deficiencias.

Para realizar un diagnóstico del estado nutricional de las plantas, normalmente se recurre al análisis químico de los suelos y muy importante el de los tejidos vegetales.

Las hojas

Desde el punto de vista del diagnóstico nutricional de las plantas, las hojas son el órgano más expuesto y en el que se evidencian los problemas de forma más evidente, en las distintas etapas de desarrollo.

El uso de los sentidos es vital y el más asequible método de evaluación, las hojas que crecen rápidamente se "sienten" frescas y suaves. Las hojas que están bajo estrés se "sienten" demasiado calientes y pueden estar marchitas.

Es también conveniente hacer una observación de todo el cultivo, ¿es uniforme?, en cuanto a color y altura de las plantas, ¿es denso?, compare plantas en buen estado con las que están en peor estado y contraste sus características y diferencias.

La demanda de nutrientes por parte de las hojas cambia durante el ciclo de vida, y muestra una relación estrecha entre el crecimiento y desarrollo de la planta. La longevidad de las hojas está fuertemente determinada por el estado fisiológico de las plantas en el momento de su producción.

Los Tallos

Transportan minerales a larga distancia dentro de las plantas, desde la raíz al follaje y viceversa, también constituyen en sí un importante consumidor de recursos minerales. La composición química de la savia puede indicar el estado nutricional de las raíces e incluso del suelo, por lo tanto, su análisis químico constituye un método de enorme potencial.

Sin embargo, es más ampliamente usado en especies perennes, para el caso de leguminosas se utilizan finas técnicas fisiológicas como “sangrado de las venas” y bioquímicas “tracers”, para deducir la economía de carbono, nitrógeno, agua y otros minerales durante la ontogenia, estos métodos de estudio no han sido ampliamente incorporados para corroborar la nutrición ni en leguminosas ni hortalizas.

Las Raíces

Son los órganos involucrados en la absorción del agua y minerales, por lo que se puede decir que el proceso de nutrición es fundamentalmente responsabilidad de los sistemas radicales de las plantas.

Las raíces gruesas y profundas garantizan el anclaje y extraen el agua y minerales de los horizontes más profundos, las raíces finas responden dinámicamente a los cambios en el ambiente y el suelo. Así mismo, señales químicas provenientes de la raíz, regulan el balance hídrico de la planta y el metabolismo de hojas y tallos. Cuando la raíz está sana y activa, se favorece el proceso de nutrición de la planta.

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