Los fertilizantes minerales, son productos inorgánicos que permiten al agricultor añadir al suelo los nutrientes necesarios para asegurar el correcto desarrollo del cultivo, estos productos pueden ser sólidos o líquidos. Uno de los aspectos esenciales es devolver al suelo los nutrientes que se han consumido por el cultivo y que a su vez se van perdiendo como consecuencia de las condiciones climáticas y la extracción de los cultivos., por lo tanto, con la fertilización se puede maximizar el rendimiento de los cultivos, mejorando la rentabilidad del agricultor.

El rendimiento de las cosechas se ve limitado por el nutriente que se encuentra en menor cantidad y un exceso de cualquier otro nutriente no va a compensar la deficiencia del elemento nutritivo limitante, por lo tanto, los rendimientos estarán directamente relacionados con un balance equilibrado de los nutrientes.

El agricultor debe conseguir el rendimiento óptimo a partir del punto en que el rendimiento obtenido por las cosechas compense el gasto generado por la aplicación de los fertilizantes, para ello hay que tener datos de las condiciones actuales de los suelos y de los nutrientes que requiere el cultivo.

Los elementos nutritivos o fertilizantes se clasifican de acuerdo con la cantidad utilizada por la planta, según este criterio podemos definir:

Los macroelementos

Son aquellos elementos nutritivos absorbidos por la planta en mayores cantidades, según su frecuencia de aplicación se dividen en macroelementos primarios, conformados por el nitrógeno, fósforo, potasio, y los macroelementos secundarios conformados por el azufre, calcio y magnesio.

Las necesidades más importantes de los cultivos, macroelementos primarios.

Nitrógeno

Es determinante para el crecimiento y desarrollo de los cultivos, las plantas usan nitrógeno para producir aminoácidos que producen las proteínas que a su vez construyen las células, es decir que colabora directamente con la multiplicación celular. Por otra parte, se ha probado que existe una relación directa entre el nitrógeno y el contenido en vitaminas de las cosechas.

Fósforo

Durante la germinación, favorece el desarrollo de las raíces de las plantas, aportando vigor al cultivo, también ayuda en las etapas de floración y cuajado de frutos. Es demandado por las plantas para la fijación biológica del nitrógeno.

Potasio

Se ha asociado con la calidad de los cultivos debido a su papel fundamental en el proceso de la fotosíntesis, por lo tanto, tiene una influencia significativa tanto en el crecimiento de la planta como en la calidad de los frutos.

Elementos secundarios

Azufre

Al igual que el nitrógeno contribuye en la construcción de aminoácidos y en el plasma celular, los suelos arenosos suelen tener una baja concentración de azufre, se evidencia en las hojas más jóvenes que muestran verdes mucho más claros, si la deficiencia no se corrige, los bordes y puntas de las hojas se secan y finalmente se enroscan.

Calcio

El calcio tiene un papel fundamental tanto en la estructura del suelo, como en la mecánica y química del complejo absorbente, influyendo sobre la capacidad de asimilación de otros elementos esenciales para la planta.

Por lo general los suelos tropicales tienen bajas concentraciones de calcio, de la misma manera no es probable encontrar bajos contenidos de este mineral en los suelos de las regiones templadas.

Magnesio

Una de las tareas más importantes del magnesio es permitir que la fotosíntesis sea viable ya que gracias a él se capta la energía para construir azúcares. El magnesio se mueve con facilidad por la planta, las plantas con deficiencia de magnesio presentan hojas con tonalidad amarillenta, en algunos casos las hojas viejas se pueden tornar de color rojizo.

Los Microelementos

Para que las plantas puedan cumplir su ciclo, necesitan otros minerales, algunos de ellos en cantidades tan pequeñas que se les denomina microelementos o en algunos casos oligoelementos, en este grupo se incluyen el hierro, cobre, zinc, manganeso y boro.

La elección de los fertilizantes a utilizar en el cultivo dependerá mayormente de los siguientes factores:

• ● Las características del suelo y el clima.
• ● La cosecha esperada (no requiere lo mismo una planta que produce mucho que una que lo hace poco).
• ● El sistema de riego, asociado a las prácticas y labores que realiza el agricultor.
• ● La cantidad de nutrientes que inicialmente tiene el suelo.

En Semillas Valle sabemos que el monitoreo de los nutrientes del suelo es un factor clave para lograr el éxito de las cosechas, obteniendo los rendimientos esperados. La baja cantidad o incluso el exceso de nutrientes ocasiona desórdenes fisiológicos que afectan los resultados. Para una asesoría personalizada, no dudes en contactarnos en servicliente@semillasvalle.com, síguenos en @semillasvalle.

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